Nunca me imaginé trabajando en un Mundial de Rugby y menos, en Irlanda.
Me acuerdo perfectamente la primera conversación que tuve con Mario sobre el Mundial. Era el mes de marzo cuando mencionó que en verano quería ir a Dublin. Yo había oido hablar de ese Mundial en un entrenamiento pero fue una conversación tan fugaz entre dos jugadoras, que mi memoria lo archivó y no se volvió a acordar......hasta que Mario nombró dos palabras clave: #mundial #dublin.
La posibilidad de ir estaba ahí y le dije...."pues sería fantastico ir y hacer fotos, más...."
No es suficiente solo con querer hacer algo para poderlo conseguir. Nadie tiene una varita mágica con la que, a golpe de muñeca, poder tener todo lo que uno desea. Los deseos son solo eso, deseos.
Pero yo queria que ese deseo se convirtiera en realidad.
Llamé a mi primera puerta, un empresario. No hubo suerte. ¿rugby femenino? NO.
Dossieres y dossieres enviados con mi trabajo a empresas. Nadie nunca contestó.
El pensamiento que más me perseguía era: ¿quien va a ayudarme a ir a Dublin si todas las puertas a las que llamo, o bien no contestan, o ponen cara de poker al oir rugby femenino?
Creo que la negativa del primer empresario a ayudarme me dio más ganas de luchar de lo que en un principio pensé.
Rugby femenino, SI.